La rodilla es una de las articulaciones más complejas. Está formada por cuatro huesos (fémur, tibia, peroné y rótula), dos meniscos, cuatro ligamentos principales y una cápsula articular que contiene el líquido sinovial. La rodilla permite el movimiento de flexión y extensión de la pierna, así como una pequeña rotación interna y externa.
Se trata de una de las articulaciones más propensas a sufrir lesiones y degeneración, a causa del uso repetitivo, el impacto, el envejecimiento o enfermedades como la artritis. Estas alteraciones pueden provocar dolor, inflamación, rigidez, limitación funcional e incluso discapacidad.
Los tratamientos convencionales para las lesiones y enfermedades de la rodilla incluyen:
- El uso de fármacos antiinflamatorios y analgésicos.
- Fisioterapia.
- Infiltraciones de corticoides o ácido hialurónico.
- Cirugía artroscópica o de reemplazo total o parcial de la articulación.
Sin embargo, estos tratamientos tienen limitaciones y efectos secundarios, como la falta de efectividad a largo plazo, el riesgo de infección, la pérdida de movilidad o la necesidad de revisiones quirúrgicas.
Por ello, se están investigando nuevas alternativas terapéuticas basadas en el uso de células madre, que son células capaces de autorrenovarse y diferenciarse en diversos tipos celulares.

¿Qué son las células madre y qué beneficios tienen para las lesiones de rodilla?
Las células madre pueden obtenerse de diferentes fuentes, como el tejido adiposo, la médula ósea, el cordón umbilical o el líquido amniótico. Estas células pueden ser inyectadas, por el especialista en Traumatología, directamente en la articulación afectada o implantadas mediante un andamio biodegradable que sirve de soporte y estimula la regeneración.
Los estudios realizados hasta la fecha han demostrado que las células madre tienen un potencial regenerativo y antiinflamatorio en las lesiones y enfermedades de la rodilla. Las células madre pueden reducir el dolor y mejorar la función articular, así como favorecer la reparación del tejido dañado o retardar su degeneración.
Además, las células madre tienen un bajo riesgo de rechazo inmunológico o transmisión de enfermedades, ya que pueden ser autólogas (del propio paciente) o alogénicas (de un donante compatible).
No obstante, todavía existen retos y limitaciones para la aplicación clínica de las células madre en la regeneración de rodilla.
Entre ellos se encuentran:
- La escasez y variabilidad de las fuentes celulares.
- La dificultad para obtener un número suficiente y homogéneo de células diferenciadas.
- La falta de estandarización y regulación de los protocolos de cultivo e implantación.
- La necesidad de evaluar la seguridad y eficacia a largo plazo.
- Los altos costes económicos.
En conclusión, las células madre representan una opción terapéutica prometedora para las lesiones y enfermedades de la rodilla que no responden a los tratamientos convencionales. Sin embargo, se requiere más investigación básica y clínica para optimizar su uso y garantizar su beneficio para los pacientes.